miércoles, 23 de septiembre de 2009

CRÓNICA DEL RADIOHEA_D SOÑADO


Tras 48 horas de ver logrado un sueño que vivió dentro de mí por más de 12 años,  el cuerpo entero me reclama una vez más por los excesos de la euforia, por esos breves momentos de vida en que carne y mente abren paso para darle lugar al más puro instinto animal llamado Rock. Y el mismo dolor que ayer era casi insoportable, hoy es pura y hermosa nostalgia al ser la prueba más fiel de que lo vivido no es ficción.

 El día uno ocurrió en la primeras filas, donde 15 step se convirtiera en la antesala de una lucha casi épica, donde éramos más animales que humanos, estirando el pescuezo hasta lo más alto y marcando territorio en un espacio que era de todos y de ninguno; sucedió entonces que, entre mareas consistentes que pisaban y dejaban sin aliento,  los primeros acordes de Airbag comenzaron a fondear en mis oídos amenazando con volverse mi propio requiem, mi despedida, mi bienvenida. Fue entonces que, guiada por la voz de mi hermano, hice todo por esquivar brazos, hombros y piernas, con tal de encontrar un punto exacto donde pudiera vivir el recital en mis 5 sentidos, concentrada en cada nota y no en el peligro inminente que amenazaba con derribarme a cada paso.

 

Afuera,  el aire era distinto,  la brisa aventaba una increíble interpretación de 5 ejecutantes, colmados de genialidad desinteresada, de entrega desmedida. Cada tema precedía al siguiente sin inhibiciones, alternando temas de su más reciente material como Faust Arp: magnífica, simple y por segundos agonizante, con otros clásicos de su Señora historia dentro del rock alternativo como No Surprises, cuya dulce y melódica guitarra nos hiciera arrojar el grito más inquebrantable hasta ese momento de la noche, sin dejar atrás aquella psicodélica, viva y magistralmente ejecutada obra del Kid A, llamada Idioteque.

 

El sueño seguía iluminado por columnas que empapaban de colores el recinto,  modulando el estado anímico de cada persona al ritmo de cada compás y cada cuerda vocal, cuando Fake plastic trees llegó a rendirnos tributo a los más de 55 mil presentes, picandonos los ojos y el corazón con la aguja de la nostalgia.

 

Llegó My Iron Long desatada por la guitarra de Ed' Obrien y lo  mismo Just  a través del frenético rascar de sus cuerdas.

 

Ahí, rodeada entre miles de personas,  sucedía que de pronto me sentía invadida por un sentimiento tal de incredulidad al presenciar don inmenso, palpitante y carnal concierto, que me quedaba sonriendo al infinito pensando lo poco que me interesaba que éste llegara a su fin. 

POST NOSTALGIUM

Gracias por ser de nuestro mundo

Por ser imperfectos

Por demostrarnos que son de esta tierra

Porque su genialidad brilló sin necesidad de opacar a los civiles

Que el corazón siga latiendo conforme se van borrando los recuerdos consistentes

Que te quedes para siempre

Que sigas siendo tan uno

Tan sólo

Tan Radiohea_d.

martes, 1 de septiembre de 2009

QUERIDO MAICOL, DOS PUNTOS.



1 de septiembre, 2009

A dos meses de que nos dejara el buen Maicol, tras un profundo y sentido Auuuuuuuuuuuuuuuuu, las calles del Distrito Federal se vistieron con los mejores representantes de su especie a lo largo y ancho del territorio nacional para comenzar un hermoso ritual patrocinado por gorditas de carne viva y puestos de fritanga.

Todos fuimos parte de la celebración de un cumpleañero fantasma, una fiesta en la que no hacía falta invitación, Nomás por el hecho de ser mexicano. Al fin y al cabo, así juntitos ni quién se pusiera al brinco; además,  ¿cómo íbamos a faltar si se trataba de hacer bulto y de paso hacer historia?

Ese día quedó más que claro que para ser machos, primero hay que ser muchos o mejor dicho, cómo que  la pena ahorca, pero como que la multitudes también deshiniben, gracias al fenómeno del mitote.

 El Monumento a la Revolución fue el escenario perfecto para miles de zombies a los cuales poco les hacía falta el disfraz; para maicols, maicolsitos y maicolsitas que jurábanse ser los próximos reyes del pop, mientras otros tantos interpretaban su papel de “El  artista del día” tomando la foto casual con su mega ultra celular guonderful de la tec tec.

Todo fluía en una celebración donde se vivía una especie de comunión en la que se intercambiaban flashes por sonrisas. Tomar una foto a un perfecto desconocido con atuendo de Maicol o zombie era la forma de trueque más primaria y tierna, después de la de dar y recibir de los enamorados.

Y ahí, entre las multitudes, el alma caritativa del difunto no se dejó extrañar. Su mano se extendía a través de cada una de las manos que compraban cualquier chuchería en el bazar del desempleo, en la kermés de los corredores de chuleta.  Era  la  mismísima encarnación en vida de las almas fanáticas deambulando entre nieves de mamey, esquites, algodones, souveniers del Maicol,  maestros del moon walk, vende cigarros de a peso y hasta amas de casa con niños en mano, vendiendo lo que fuera con tal de sacar pa’ la leche.

Esa tarde todos ganaron: los medios con  la nota; los vendedores ambulantes una luz en el camino de los ahorcados; los curiosos, una anécdota más que contar y los casi 13,000 que bailaron, un pedacito en el cielo de la fama, gracias a que jugaron a ser por unas horas el hombre más famoso del mundo.

Y eso es algo que se quedará firmado para la eternidad en el paraíso de las cyber-memorias colectivas.

http://www.youtube.com/watch?v=WBbXQAPYR6Q


Quirarte, Carolina.