martes, 26 de enero de 2010

TWIST&LIFE

Si estas dispuesto a vivir una vida donde la mayoría de los días son completamente irrelevantes, grises, inertes, vacíos, fáciles, y tan cómodamente previsibles, despega los ojos de este blog y regresa a la mecánica de respiro, como, cago, duermo.

Ahora bien, si he logrado llegarle al mero mole de tu instinto curioso, te doy la más cordial bienvenida al fantástico, nunca esperado, jamás olvidado y bien apodado juego del QUÉ HARÍAS.

Paso número uno, imagina una situación imposible, un sueño vergonzoso, un hecho morboso o alguna fantasía de espectro culposo.

Paso número dos, anteponlo a la frase de “¿QUÉ HARÍAS?”:

¿Qué harías si beso a ese que se acaba de subir al pesero y le digo que es el amor de mi vida?

 ¿Qué harías si voy con el cajero de starbucks y tras su pregunta de todos los días a la misma hora, en el mismo lugar y con la misma gente, lo sorprendo con un “¿Me das un latte mi corazón por ti?”?

 ¿Qué harías si les dijera a estos desconocidos calenturientos que viajan junto a nosotros en el elevador del hotel: “Provechito”?

Bien, hasta este momento del juego, todo quedará entre tu cerebro y tu, no hay riesgo de caos mundial, desorden público o alteración en el hábitat de las especies.

Ahora, si has tomado la decisión de llevar a la práctica tan interactivo pasatiempo, preparemos pues las fanfarrias, que la bitácora del coleccionista de anécdotas, está por comenzar.

 

Epílogo.

Alterar la realidad y el orden, aunque sea por unos segundos, arrancar sonrisas, enojos, incomodar, ¡Pero por dios! ¡Hacer sentir! Me declaro cazadora de historias, quiero darle una vuelta a cada día, ver algo que nunca había visto, comer donde nunca había comido o lo que nunca había comido, andar con quien nunca hubiera andado, sorprenderme de mí misma en situaciones que nunca hubiera imaginado y mucho menos idealizado.  La fórmula de lo espontáneo, curiosa contradicción. No planear, no esperar, dejar que la vida me sorprenda, sólo con cambiar el botón de Qué harías por el de Lo hice y lo que pasó cuando lo hice.

Let it be.

http://www.youtube.com/user/improveverywhere?blend=1&ob=4#p/u/6/WnY59mDJ1gg

2 comentarios:

  1. No quería yo escribir nada, pero me hiciste recordar. Recuerdo lo que hice cuando me pregunté "que harías", me hice el digno y me marché dejándonos en el umbral del atrevimiento, lo difícil estaba hecho, lo hiciste tu, no alcanzo a recordar que fue, me acobardé supongo pero sin aceptarlo hasta recordar cada detalle de aquella noche ya que no es mi naturaleza. No debo preguntar pero ser curioso es mi naturaleza, nunca supe si pude ser parte de una vida tan interesante y divertida o solo tiré por la borda algo que ya estaba destinado a la indiferencia. La curiosidad devorada por la frustración, la frustración engullida por el tiempo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El estado curioso es el estado ideal de todo ser humano, nada más cercano al estado más elemental y fantástico de un niño o un viajero. La frustración no debería de existir en un ser curioso. Hay toda una vida para seguir escribiendo, se trata de contarnos cuentos con premisas infinitas, nos hay un final, hay un millón de principios.

      Eliminar