domingo, 20 de diciembre de 2009

NAVIDAD SIN SONRISA




Víctima de un listo o como merece ser nombrado de la manera más atenta. De un robo con lujo de No violencia, tan discreto y movedizo como las serpientes. Me picó con el veneno de la estafa, de la clonación y el descaro. Descubro mi tarjeta en ceros. Miento, creo que quedan 4 pesos, apenas para la propina del cerillo. Siento una cosa extraña entre furia, solemnidad y tristeza. Hoy soy un Santa golpeado, cojo. Asaltada por un sujeto clonador que encontró esta temporada como la ideal para regalarse compras a destajo con dinero ajeno. Hoy volví a los años de admirar los aparadores desde lejos, como si se trataran de piezas de museo, tan brillantes y lejanas. Recordé mis épocas de niña, cuando no ganaba un peso y dependía del si o no de mis papás para concederme el caprichito. Volví a ser paciente, a dejar por un momento esa superficie de lo vanal (El sin dinero, ayuda a ser menos eufórico, menos impulsivo, menos enfermo). En pocas palabras, hoy aprendí a respetar más el dinero; A no tratarlo como la gran BITCH que tiras y recojes en cualquier bar o en cualquier boutique de pacotilla; a no dejarlo manosear por ingratos estafadores de cualquier negocio, por más nice que éste parezca.


No está de más decir que en estas épocas tan hermosas hagan todo, menos soltar el tarjetazo, que los tranzas están rondando cada establecimiento esperando esa presa aguinaldera que despedazar. Usen el billete, pero del bueno, el de nuestros ancestros, arriba el trueque!


Mientras yo, seguiré en llamada en espera, pidiéndole a Papa Noel que en esta hermosa navidad me regale un serivicio menos incompetente y se llegue a resolver mi caso con el folio número tal de un tal banamex, y así, recuperar un poco la sonrisa que se fue con cargos fantasmas de un duende travieso.




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