jueves, 3 de diciembre de 2009

PARQUE VÍA: LO BONITO DE LO ANTI ESTÉTICO


Me encontraba frente a la pantalla de una sala sin número de una de las cadenas más importantes de cine en nuestro país, a punto de presenciar una película de la cual sabía muy poco, apenas el vistazo de un trailer, el nombre de su director, Enrique Rivero y, por supuesto, el nombre de su ópera prima: Parque Vía.

 

Después de unas palabras infinitamente modestas, sencillas y hasta con cierto timbre de nervio en su dicción, el director nos dio la bienvenida y dejó el criterio abierto a nuestros ojos, evitando acudir al camino fácil de la mención de premios. Él prefirió hacer hincapié en los obstáculos que representaba hacer cine en nuestro país, pues la película tuvo que recorrer un arduo camino por un sinnúmero de festivales a nivel Internacional para después regresar a su punto de inicio y, entonces, ser aceptada en el cerrado círculo malinchista de nuestro cine mexicano.

 

Finalmente (y por fin) ahí estaba Parque Vía, apunto de revelar sus secretos ante una audiencia difícil, no por lo exigente, si no por la poca apertura para ver largometrajes cuya propuesta se sale del cine convencional que suele estar adornado con tomas más tomas, diálogos sobre diálogos y bellezas sobre producidas.

 

Parque Vía cuenta la realidad de un hombre encerrado entre las paredes de una casa a la cual le ha servido por más de 30 años, los primeros 20 años como mozo de la familia que ahí habitaba y los últimos 10 como el solitario cuidador de una casa completamente vacía en venta.

 

La película desmenuza la asfixiante realidad de Beto, este personaje atrapado en una prisión más interior que física, la monotonía de los días de encierro, su falsa existencia, la cual consiste en Ser sólo por la casa; fuera de ella, él deja de Ser, atrapado por las cadenas de la libertad que lo ahogan, haciéndole perder el sentido de la vida en sociedad.

 

Con un estilo documental genialmente dirigido, esta película logra hacer que las líneas de tiempo de nuestra realidad logren cruzarse con las líneas narrativas del cine. No hacen falta cortes excesivos ni un collage de disolvencias para darle el suficiente dramatismo a esta historia. La forma en que está contada, los largos momentos de cada toma son tan necesarios como inteligentes, le dan al espectador ese momento para reflexionar, para crear sus propios diálogos, su propio principio y su propio final.

 

Parque Vía rompe con el paradigma de los estético mostrándonos esta realidad no adornada de uno de tantos personajes de los cuales poco sabemos y a los que la costumbre y la sumisión los lleva a conformarse con una vida rutinaria y elemental.

http://www.youtube.com/watch?v=IPz9EhipfWI

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