martes, 30 de octubre de 2012

CRÓNICA DE UN ASALTO CON SALDO BLANCO.

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Érase un sábado cualquiera
dentro del bello transporte llamado pesero,
los pasajeros de la ruta POLI-TEPITO.
Van papaloteando sobre la calle Bolívar.

No pasa demasiado, cuando de pronto ¡Pum! 
El ritmo casual se ve amenazado por un asalto.

Las palabras brillan por su ausencia,
Un arma hace su fugaz aparición y apunta al chofer.

La madre representante de todas las madres,
toma sus bolsas de tianguis  con la misma fuerza
con la que sujeta su vida y la de su hija.

En un impulso de supervivencia
Más rápido que un Bajan! Bajan!
Se lanzan sin paracaídas al pavimento.

Tras un breve espacio de segundos
Estamos en la escena del post-asalto.

Herido no hay uno.
Despojados de sus pertenencias, ninguno.

La madre cierra la obra con un
“Dios nos hizo invisibles”
y los pasajeros siguen, cada cual, su camino.












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