domingo, 8 de noviembre de 2009

MUJER, 24 AÑOS, SOLTERA PERO CON NOVIO, SOLICITA CONSEJOS PARA SOBREVIVIR A SU VIDA DE "SOLA Y NOMÁS NO ME HAYO".



 1 de enero, 2007

Ocho de la mañana, los primeros cantos del gallo que viste overol color naranja me dan la bienvenida a este,  mi nuevo hogar. ¡LA BASURA! dos palabras al máximo grito del decibel y tres veces por si alguien no despertó. Apenas seis horas de sueño y mi primer deber se anuncia ante la llegada de mi vida como Ser independiente. "No te duermas mija que hay que sacar la basura".  Así,  tras unos segundos de auto-análisis, regreso a la realidad. Veinte centímetros de colchón me separan del frío suelo cubierto por el clima húmedo caracteriztico de la colonia Portales o Mortales para nuestras amigas ratitas;  me levanto, dirijo la mirada a donde mi cuello alcanza y tras una tortícolis crónica salgo por fin de mi chiquita pero acojedora habitación. Apilo los restos de cajas vacías, inútiles una vez que la mudanza ha cumplido con su honorable tarea, abro la puerta y con los ojos aún pegados por el poder atarantador de los sueños, bajo a tientas por las escaleras, abro la puerta de entrada al edificio y me sorprendo al no encontrar a esa persona que entona el romántico canto, propio de todas las Colonias; me tallo como puedo los ojos y doy unos cuantos pasos sobre la banqueta. A la derecha nada, a la izquierda tampoco. Es así como me doy por vencida y me regreso a pasito discreto, pues aún no me atrevo a caminar más de seis metros a la redonda, no sea que los vecinos me vayan a salir con una novatada.  Subo de regreso con todo y cajitas y me encuentro de nuevo, frente a frente, con mi nueva casa. Me doy unos minutos de reflexión, aquí estoy, esta es la vida que me urgía vivir, nadie dijo que fuera fácil. Los ecos de las mamá-advertencias resuenan entre las paredes: "Lo que das de coperacha no es nada comparado con lo que vas a tener que pagar viviendo tú sola ¿Tienes idea de cuánto cuesta el gas?"  Si, tengo idea y pienso hacerle frente a esta sutil amenaza. Con lo cual, sigo el recorrido por mi departamento. Es pequeño, tiene dos recámaras, pisos altos, cocina de juguete, un baño, estancia sala-comedor, vacío y a un tentador precio de $3, 500.00 mensuales. Una vez que mi mente se ha despejado del miedo a lo desconocido, preparo una lista mental de lo que me hace falta; Con A, alacena, arroz, agarraderas, ajax, alcohol; Con B, bote de basura, banco, botanero, bomba de baño y así hasta llegar a la Z. Ahora me doy cuenta de que todo eso que creía que había nacido conmigo, eso que nunca me había preguntado cómo llegó a la casa de mis papas, eso que tanto le critiqué a mi mamá por inútil en las tareas domésticas, ¡eso! es lo que ocupará un espacio dentro de MY FIRST carrito de súper ¡Y yo que juraba que el destapador y el exprimidor nacían pegados al cordón ombilical!. Vamos por orden de importancia. Número 1, COMIDA. Número 2, PAPEL DE BAÑO. Eso es, ahhhhhhh, puedo respirar. Atender las necesidades básicas alivia al cerebro y lo ayuda a pensar mejor. Ahora sí, una vez cumplidos los impulsos físicos y antes de iniciar mi recorrido por supermercados, cerrajerías, mueblerías y demás, recurro a la reina de la experiencia, mi madre. Señora sabelotodo en las artes de la amueblada, la cocinada y demás trucos que le dan el premio al más grande estuche de monerías que he conocido. Tomo el celular y marco.

-¿Bueno?

-Hola Ma

-Hiiiiijaaaaaa ¿cómo estás? ?¿Cómo te sientes en tu nueva casita? Ayyyyyyyy hija-, me apapacha con ese tono tierno que usan las Mamás cuando se enorgullecen de sus hijos.

-Bien, bien…rara, pero bien. Voy a ver closets, ¿sabes dónde podré encontrar uno bueno, bonito y barato?

- Eh...no la verdad no sé bien, pero si quieres te puedo acompañar a H____D_____(tienda norteamericana bajo la filosofía de "Hágalo usted mismo") ahí seguro encuentras algo.

 -Ah…pues si ma, gracias.

Y es así como comienza mi recorrido por los aterradores precios, inalcanzables para una mujer como yo que apenas hace un par de años comenzó su carrera como publicista y que aún no gana como los grandes VIPIS. Una tienda, otra y otra más hasta que por fin, después de varios mini infartos encuentro un clóset en oferta. Un clóset de tamaño decente, de  madera de amentis pero con toda la intención de dar el gatazo para las visitas más exigentes y que promete durar por lo menos de aquí al otro año para cuando me haya librado de los openings.

 -Este Ma, este quiero. Es así como me hago de mi propio clóset, uno chafita pero orgulloso de ser pagado con el sudor de mi frente, ja, también existen los momentos de auto-compasión. Lo pago al cash, porque los abonos chiquitos representan un factor más de gastos al por mayor. Qué alivio, una preocupación menos, ahora mis trapitos van a poder estar aislados del polvo y estaré presentable para mis próximas reuniones.

Por fin puedo decir que sera cuestión de días aprender cosas tan básicas como que la basura se saca, que el gas se acaba, que la comida que se echa a perder no se deja en el refri, que la casa no se limpia con telepatía, que la luz se paga y se apaga, que el ratón de los dientes no existe y que por fin después de 24 años ya no soy más un niña de familia. Pero momento, esto no tiene porqué ser el testimonio triste de la vida de una joven que en su intento de vivir sola, no vivió para contarlo, simplemente estoy tratando de encaminarlos hacia el camino hermoso y bien aventurado  de la independencia. Esta soy yo, ama de casa de un sólo miembro, parada al centro de mi departamentito, viendo cómo mis paredes suplican cuadros y mis pisos mendigan sillas.

            Así es como hoy terminó mi primer día de independencia con todo y clóset nuevo. A mis 24 años,  me encuentro emprendiendo la vida que todo joven estadísticamente “normal” sueña.  Pero este sueño sólo terminará de convertirse en realidad cuando logre limpiar los recuerdos de mi cómoda vida como hija de familia y uno que otro de mamá consitiéndome con una deliciosa cena después de largas jornada de trabajo.

 


1 comentario:

  1. Comento para que sepas que te he leído. ¡Qué bien eso de vivir sóla!, sin embargo es un ejercicio duro: las actividades que antes creíamos sin importancia ahora son indispensables. Comprar papel de baño, lavar el piso... etc y etc.

    Saludo

    ResponderEliminar